Diseño barato vs diseño caro
El cliente promedio pensará que es mejor el diseño barato. El diseñador, también promedio, se inclinará por el diseño caro. Es posible que ambos estén equivocados ¿O no?
Mi respuesta personal, después de poco más de 20 años de experiencia profesional, la expondré al final de este artículo. Mientras tanto evaluemos los determinantes para producir o escoger un diseño barato… o su antípoda.
Mi intención acá no es cuestionar a nadie, cada quien establece cuál es su estrategia de captación de clientes y su relación comercial con estos. Al final, para quien ofrece servicios, definir el precio de su oferta es una de las tareas más arduas. Pero examinemos algunos hechos a ver si nos ayudamos un poco todos… sí, incluyo a los clientes también.
Un sector nada diferente
Contrario a lo que piensan muchos profesionales del diseño, el comportamiento de este sector no difiere de otros. Plomeros, instructores educativos, de prácticas deportivas o deliverys, entre muchos otros, tienden a fijar sus precios de acuerdo al poder adquisitivo del sector donde se interactúa. Una clase de yoga en una zona privilegiada suele costar más que en otra de menor estrato. Y no tiene que ver con el nivel inversión, no me he referido a los propietarios de gimnasios, de academias privadas o de servicios de mantenimiento configurados como empresas. He aludido a los freelances en cada una de esas disciplinas.
¿Cómo saber si estoy en el sector del diseño barato?
Esto no tiene nada que ver con tu facturación. A lo mejor facturas mucho y, sin embargo, tu trabajo puede ser catalogado como diseño barato. ¿Por qué? Bueno, conozco profesionales que desarrollan muchos proyectos mensuales a bajo precio. El resultado son buenos ingresos. ¿Implica esto un mayor esfuerzo? No necesariamente.
¿Si hago diseño caro quiere decir que soy buen diseñador?
Este artículo no es para proponer o establecer criterios de calidad.
En todo caso, no existe una norma que indique que un servicio más costoso sea obligatoriamente mejor que uno más barato.
Tampoco que este último deba ser deficiente de por sí. El secreto puede estar en la optimización del servicio, más que en su excelencia… También en lo que necesite el cliente.
A mí no me gustan los McDonalds, pero millones salen felices diariamente de esos establecimientos. ¿Debo juzgar a cada una de estas personas por no tener mi mismo gusto o es mejor felicitar a McDonalds por encontrar un sistema de operatividad que les reporta grandes ganancias a la par que mantiene clientes satisfechos? Tampoco los restaurantes más reputados se molestan en pensar en el éxito de las cadenas de comida rápida.
No hay demérito en vender diseño barato…
Pensemos en un estudio o agencia que le ofrezca un manejo de redes a 20 restaurantes promedios de pizza en 20 ciudades o localidades diferentes. Su fortaleza no radicaría en enviarles los mismos contenidos a los 20 restaurantes, sino en el sólido conocimiento de ese mercado. Sabría muy bien lo que aspira el consumidor de pizza y, a la vez, podría determinar una producción de contenidos y tácticas comunes, que cada restaurante valoraría mucho en cuanto a su ROI.
Las tarifas podrían ser razonables para todos pero, al final del mes, la ganancia sería favorable mediante una inversión muy bien planificada. Sería como un estudio de diseño a lo McDonalds.
…Ni mayor nivel por vender caro
En otro lado estaría alguien que decida conocer muy bien un mercado o una especialidad en particular con el propósito de ofrecer contenido absolutamente diferencial. O al menos que lo promocione de esta manera. Y mediante esta diferenciación alejarse del «diseño barato«.
Aquí también entrarían quienes se hipersegmentan por disciplina: Animadores, ilustradores de cuentos o videojuegos, especialistas en UX/UI, en packaging, en branding, y un larguísimo etcétera.
Ahora ¿Estamos seguros que por hiperespecializarse se estaría desarrollando un trabajo mejor que otros multitasking? Mi respuesta es… tan vez. Aunque en realidad no creo que existan respuestas definitivas.
Una conclusión ¿O una reflexión?
Alain Ducasse, el primer chef con seis estrellas Michelin (sí, siguiendo con las analogías gastronómicas) dice algo con lo que me alineo absolutamente:
«La excelencia está en la diversidad y el modo de progresar es conocer y comparar las diversidades de productos, culturas y técnicas»
Alain Ducasse
Sea que las circunstancias te lleven a trabajar con un bajo rango de precios o con uno alto, mi conclusión es que siempre se debe ofrecer un servicio bien planeado que satisfaga al cliente.
Diseñar es como preparar un dedicado plato de comida: Puede tener ingredientes más económicos que otros, pero siempre debemos añadirle creatividad, cariño y conocimiento para que se vea apetitoso y sepa delicioso.
Hagas diseño barato o caro, lo importante es que tu cliente quede satisfecho… ¡Y que repita!
¿Tú qué opinas? Sería muy bueno conocer otros puntos de vista sobre este tema.
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Un comentario
Gracias por la ide de optimizar. Estoy ejerciendo como diseñadora desde hace poco y todavía no tengo muy claro lo que debo cobrar.